Entrevista con
Macarena Sánchez del Águila
Gerente de ACORA
Natural de Jaén pero cordobesa de adopción, es ingeniero agrónoma y gerente de ACORA (Asociación Empresarial de Almazaras Industriales de Córdoba), que representa a 75 almazaras de la provincia que suponen entre el 40-43% del total del aceite provincial, desde 2002. Y secretaria general de Almazaras Federadas de España desde 2010.
Desde vuestro punto de vista, ¿cuáles son los principales desafíos que tienen planteadas las almazaras privadas y familiares en España?
Aunque actualmente existen muchos desafíos para el sector industrial fabricante de aceite de oliva, quisiera destacar dos grandes retos abiertos al sector. Por un lado, la almazara industrial debe hacer una apuesta por diferenciar su producto y su actividad. Nuestro modelo económico está muy lejos de la concentración de la producción y, por tanto, debemos fomentar nuestras fortalezas para que nos ayuden a destacarnos de la mayoría.
Entre esas fortalezas se encuentran la profesionalidad del sector industrial fabricante de aceite de oliva, la innovación tanto en el proceso productivo como en el producto final, el incremento del valor añadido del producto final a través del envasado, la ampliación de la gama de productos ofrecida al consumidor final, la búsqueda constante de la calidad de las producciones y la internacionalización son otras de las fortalezas que se deben secundar.
Por otro lado, el sector industrial se merece el reconocimiento de la Administración Pública ante la labor social y económica que llevan a cabo en su zona de influencia, pues encontramos almazaras industriales en todos los municipios con actividad olivarera. Desde un punto de vista social, se estima que el número de agricultores que confían su producto a los industriales fabricantes de aceite de oliva de la provincia, asciende a más de 45.000. El ejercicio de su actividad va asociado a la creación de puestos de trabajo y el mantenimiento de la población en los núcleos rurales de actuación.
Desde el punto de vista económico, la almazara industrial, debido a la labor desarrollada por los profesionales que la gestionan, garantiza un precio justo de la aceituna entregada por sus agricultores. Asimismo, premia el esfuerzo realizado por los mismos para la obtención de un producto de calidad, pues incentiva la recolección temprana del fruto, iniciando la campaña de recolección antes que otras almazaras de la zona y, de esta forma, aprovechar la mayor cotización de precios que el aceite obtenido a principio de campaña suele tener. Por otro lado, facilita la entrega de producto a sus agricultores, mediante la instalación centros de recepción de aceituna que reduce el coste de transporte del agricultor, acorta tiempos de espera en las entregas y, una vez más, contribuye a la creación de empleo.
Los aceites de la provincia de Córdoba, por sus características, siempre han tenido una gran demanda como buenos graneles en el mercado ¿Ha aumentado el nivel de ventas envasadas de las almazaras cordobesas en los últimos años?
La respuesta es afirmativa. Las almazaras industriales están explotando sus fortalezas frente al resto de productores y, una de ellas, es el incremento del valor añadido del producto obtenido. Según datos de la AICA, el volumen de aceite de oliva virgen extra envasado por el sector industrial en la provincia de Córdoba ha pasado de las 9.197 Tm en la campaña 2012/13 a las 43.668 Tm para la campaña 2016/17. Para la categoría de Aceite de oliva Virgen, el crecimiento también ha sido importante, pues el aceite envasado por almazaras industriales para esta categoría, pasa de las 4.107 Tm en la campaña 2012/13 a 10.627 Tm en la campaña 2016/17.
Las cifras hablan por sí mismas, y reflejan claramente la apuesta que el sector industrial fabricante de aceite de oliva ha hecho para incrementar el valor añadido del producto que, entre otros, es uno de los objetivos perseguidos por las políticas de la UE. Las almazaras industriales cordobesas continúan por el camino de la diferenciación como estrategia de comercialización para alcanzar mayor valor añadido en sus producciones. Lamentamos que la Administración no valore esta estrategia ni la considere para el reparto de fondos procedentes de la UE. A pesar de todo, entendemos que el futuro del sector va por ese camino y no por la concentración de oferta.
¿El aumento de las plantaciones en superintensivo y en seto, del que Córdoba es un buen ejemplo, está cambiando, o puede cambiar, el modelo de almazaras tal como se conoce hoy en día?
Es muy probable que produzcan modificaciones en las almazaras, tanto en la gestión como en la dimensión de las mismas. El incremento de este tipo de plantaciones y el manejo de las mismas, señalando como principal ventaja la mecanización total de la recolección, conlleva, entre otras cosas, un aumento considerable de la cantidad de aceituna recogida diariamente, que puede llegar a multiplicar por diez la cantidad de aceituna recogida diariamente en un olivar tradicional.
Esta aceituna es recepcionada por la almazara, que puede llegar, en momentos puntuales de la campaña a incrementar considerablemente el volumen de entradas de aceituna. Por tanto, un aumento de este tipo de plantaciones supondrá una adaptación de la capacidad de molturación instalada en las almazaras a esta nueva tendencia, ya que se debe aprovechar al máximo las buenas condiciones sanitarias que, presumiblemente reúne la aceituna, para la obtención de aceite de oliva de calidad, pues el agricultor debe realizar una recolección temprana del fruto para evitar que se caiga por lo que la aceituna recepcionada de este tipo de plantaciones es cien por cien de vuelo.
Las almazaras deberán adaptar su capacidad de molturación a las máximas entradas de aceitunas diarias y no por campaña, con ello conseguiremos un acortamiento de la campaña de molturación que redundará positivamente en la calidad del producto obtenido.
El ahorro energético y el tema medioambiental preocupan mucho a las almazaras ¿Cómo se está afrontando por parte de las almazaras asociadas?
Desde hace años las almazaras industriales se están preocupando por un mantenimiento de su entorno, haciendo sostenible el proceso de producción del aceite de oliva. En este sentido,
hay un importante número de almazaras asociadas que tienen implantado algún sistema de certificación medioambiental. Asimismo, se ha hecho una clara apuesta por el uso de maquinaria más eficiente desde el punto de vista energético. Prueba de ello, son los numerosos expedientes de subvención que se han tramitado a través de la Agencia Andaluza de la Energía que, hoy por hoy, es la única ventanilla abierta de la Administración que puntúa el proyecto de inversión y no a la razón social de la entidad que lo presenta. En estas convocatorias, no existe discriminación entre almazaras industriales y cooperativas.
En los últimos años, desde la Asociación, estamos promoviendo la realización de auditorías energéticas en las almazaras asociadas, con el objetivo de informar sobre los puntos donde se puede conseguir un ahorro energético en el proceso productivo y las medidas correctoras que se deben implantar en cada almazara para lograrlo.
Finalmente, existe una gran preocupación por el uso de energías alternativas a la energía eléctrica en el proceso de producción. Aunque no existen datos concretos sobre cuál es el porcentaje de abastecimiento de almazaras con energías renovables y dada la complejidad del asunto, se están instalando, poco a poco, otras fuentes de energía en almazaras, principalmente de origen fotovoltaico, para autoconsumo. El objetivo que se persigue es la reducción máxima del consumo de energía eléctrica en el proceso de obtención del aceite de oliva.