En el nuevo ANUARIO AOVE-OLIVAR ESPAÑOL 2020 recién editado, ya en su cuarta edición, hemos analizado cuáles serían alguno de los retos planteados en esta compleja coyuntura a la que se enfrenta el sector oleícola español e internacional.
Tras la crisis de la pandemia mundial del Covid-19, que ha afectado de forma muy significativa a España, pocas cosas volverán a ser iguales. Para nadie. Tampoco para el sector oleícola español, donde los cambios ya comenzaron hace varias campañas tanto a nivel de modelo productivo como de nuevos hábitos de consumo como del entorno internacional. Un nuevo mundo para el aceite de oliva, acelerado aún más por el virus, que ha impuesto nuevas reglas de juego a los distintos actores del mapamundi oleícola. Y que amenaza con dejar a un buen número por el camino. Incluso –como ocurrió en su día con el viñedo español y está pasando actualmente con los frutales de hueso– para que se habla de posibles arranques de olivos. Lo nunca visto. Ni esperado.
- Estamos en un mercado global. Con vasos comunicantes. Las exportaciones españolas representan en las últimas campañas casi tres veces el consumo interno de aceites de oliva en hogares. La producción de un país –sea Italia o Túnez– tiene un efecto dominó sobre el mercado. Al igual que la buena o mala coyuntura económica de un gran mercado de consumo, sea Estados Unidos o Brasil. En la última década se han plantado 1,6 millones de hectáreas en el olivar mundial. Muchas toneladas más para el mercado global en el futuro. ¿Hay consumidores el aceite de oliva? Los hay, pero alejados culturalmente e incluso en nivel de renta del aceite de oliva. Solo representa el 1,5% del mercado mundial de grasas saludables. Se venden siete veces más aceite de girasol que de oliva en todo el mundo.
- Hay diez mercados que suponen el 80% de las exportaciones mundiales con EE.UU., Brasil, Japón y Canadá en cabeza.
- Una de las mayores envasadoras del mercado española consigue de margen un 23% en Estados Unidos y un 9% en España. Un dato para la reflexión.
- En España, la vertiente saludable del aceite de oliva virgen extra seguirá impulsando las ventas de la categoría por encima de los oliva refinados. Pero muchas veces a costa de ofertas permanentes en los lineales a precios muy ajustados. La crisis económica y de ingresos que está provocando la pandemia reforzará la cuota de las marcas de distribuidor. Habrá que ver también la travesía del desierto que le espera al Canal Horeca. El comercio on line ha llegado para quedarse.
- España sigue siendo el gran líder mundial del sector oleícola. Dependiendo de la campaña, su peso en el sector mundial oscila del 35% hasta el 50% de media en las últimas campañas. De los 11,5 millones de hectáreas de olivar repartidas por el mundo, España cuenta con 2,73 millones, de las que 2,54 millones son de aceituna para almazara. Su importancia en producción está muy por encima aún de su cuota por hectáreas a nivel mundial. Aunque hay nuevos actores que empujan con mucha fuerza entre los que destacan Túnez (¡ojo a su apuesta por el AOVE ecológico!) y Portugal (con ventaja competitiva al concentrarse mucho en los AOVEs tempranos que dependen de Alqueva). ¿Es rentable vender virgen extra en origen a dos euros? ¿Para quién?
- El liderazgo español no está en cuestión actualmente. Pero si lo está la rentabilidad del sector en gran parte de la cadena de valor del mismo, con el sector productor (asociado en muchos casos al futuro cooperativo) y almazarero industrial como los más expuestos. Los precios en origen de las últimas campañas han castigado la salud financiera del sector y sobre todo introducido nubarrones en la expansión del mismo.
- España dispone de 1.829 almazaras. Muy concentradas entre Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Comunidad Valenciana y Cataluña, que concentran el 86% del total (1.577). La producción de toneladas por almazaras es muy dispar en España: de las 1.101 tn de media en Jaén o las 1.009 de Córdoba a las 105 tn de Zaragoza, las 145 de Toledo, las 204 de Cáceres o las 43 de Baleares en la última campaña.
- Si la climatología acompaña, más pronto que tarde, se alcanzará el hito histórico de los dos millones de toneladas de producción. Y los 3,8 millones a nivel mundial. Si la exportación no acelera, los enlaces de campañas continuarán asfixiando la rentabilidad del sector. El almacenamiento privado se esperaba como un placebo pero ha dejado al paciente con los mismos achaques. Hace falta un chequeo más completo. Y una vacuna con efectos estables, seguros y duraderos en el tiempo. Para evitar la UCI y que el sector dependa de respiradores externos.
Una respuesta a “El olivar busca ser inmune a los bajos precios y al crecimiento mundial de la producción”