
Entrevista con
Juan Miguel Retamar
Gerente Aceites Retamar
Aceites Retamar, con almazara propia en Guareña (Badajoz), es una de las empresas con más trayectoria comercial del sector oleícola extremeño, en constante innovación. Entre ellas su adhesión al proyecto de Olivares Vivos.
Tras una campaña excepcional, la cosecha se presenta muy corta. ¿Cómo la afrontáis?
Esta campaña arrancó con previsiones preocupantes. La producción será muy reducida; al agotamiento de una planta que viene de una producción récord se le ha sumado la dureza de un año de lluvias escasas y altas temperaturas persistentes. Y se suman otros factores que hacen prever que entramos en una campaña complicada.
Desde los últimos meses se ha confirmado un cambio de ciclo macroeconómico, de subida de precios y encarecimiento generalizado del coste de vida, en un contexto de incertidumbre energética. La cuestión se centrará en la respuesta de la demanda ante dicho escenario. Reforzaremos nuestros procesos de innovación, tradición y sostenibilidad para ofrecer al cliente un AOVE de máxima calidad.
Creemos importante más que nunca poner el foco en la comunicación clara y constante al consumidor final, que permita ayudarle a formarse un criterio firme con el que pueda tomar decisiones correctas, y con confianza, a la hora de comprar un aceite de calidad, saludable y sostenible. Asumimos para ello el gran reto de hacer llegar nuestra propuesta a un cliente preocupado por las incertidumbres y cuyas decisiones pueden estar mal dirigidas por una información deficiente y un aparente exceso de oferta.
¿Queda mucho por innovar en el mundo del aceite de oliva?
Siempre queda mucho por innovar, tanto en la almazara como en el olivar. Creo que la innovación constante debe entenderse más como un camino que como un fin en sí mismo. Desde el punto de vista del proceso productivo la innovación, la mejora de la eficiencia y la búsqueda de la excelencia técnica son unas palancas fundamentales. En lo que respecta al producto final, mantener una propuesta de valor activa al cliente, en un entorno cambiante y competitivo, requiere apostar por la diferenciación en un producto de calidad y sostenible, beneficioso para salud y el medio ambiente.
Hemos emprendido nuevos proyectos que están llamados a mejorar toda nuestra cadena de valor para poder consolidar nuestra propuesta al cliente, intentando ir más allá de los objetivos propuestos en el pasado, en lo que se refiere a sostenibilidad y cuidado de la biodiversidad en el olivar y evolución de los procesos productivos para conseguir cotas más altas de calidad, eficiencia energética y ahorro de costes.
¿Cómo enfocáis la comercialización de vuestros AOVEs?
Es justamente la particularidad del desconocimiento y falta de información del consumidor medio sobre la que debemos orientar nuestra estrategia y acciones de la comercialización. Para la internacional, obviamente, es así; pero sorprende que en España el cliente medio esté tan desinformado sobre uno de los protagonistas de nuestra dieta mediterránea, que tanto exportamos y que tantos beneficios nos reporta.
Nosotros organizamos nuestra comercialización tratando de establecer un conjunto de acciones coherentes y coordinadas orientadas a dar a conocer e informar al cliente final de nuestra propuesta de valor. Nuestra intención es poder estar accesibles al cliente final, ofreciéndole una experiencia positiva en la compra de nuestros AOVEs, por lo que nos valemos de todas las oportunidades que la tecnología y los sistemas de comunicación e información nos ofrece hoy en día.
¿Serían deseables precios más estables o es imposible por la vecería del producto?
Sería deseable que en este sector contáramos con unos escenarios más estables de precios. Creo que la vecería, desde luego, condiciona mucho a que no sea así, pero también creo que los bandazos de precios que venimos observando en los últimos años no son sólo consecuencia de la tradicional vecería del olivo.
No todos acabamos de entender del todo la naturaleza de tanta variación de precios; y de pasar de un extremo a otro en cuestión de pocos años, de alertar de un problema de exceso de oferta, hundiendo precios, para pasar en pocos años al otro extremo, con precios récord y mensajes de alerta por problemas de abastecimiento. A quienes estamos en este sector, nos puede resultar más o menos fácil encontrar respuestas a estas situaciones. Pero, desde luego, al cliente final le producen mucho perjuicio, laminando su confianza y ahondando en este problema de desconfianza que hemos venido comentando.